martes, 27 de enero de 2015

Mi barrio =P


 
Si hay algo que echo de menos de Madrid es Carabanchel, mi barrio. Porque al centro cada vez me apetece menos ir, y más al norte siempre me parece un sufrimiento. Y más al sur, poco hay. En el barrio tampoco hay mucho la verdad, pero están amigos, conocidos, familia... el poder decir vamos un rato al parque y salir y ya está. Esas pequeñas cosas, que se echan de menos, no digo que no. Pero la verdad que mi nuevo barrio mola mucho más jaja. Y en cuanto a salir y que todo esté cerca, se puede aplicar a media ciudad tranquilamente, y tenemos quedadas, fiestas y planes casi todos los días, para quien quiera así que... tengo que decir que sigo estando hipercontenta aquí
 
 
 
Mi mapa vital... por pequeño que sea, siempre me pierdo en algún lado.
 
Como ya dije en el primer post, lo más cercano a mi casa es la piscina. Aunque ahora voy a la del gimnasio ya que está todo incluído. Para entrenar me gusta mucho más, aunque los hot tubs de la de al lado de casa son más grandes y con masajes de burbujas. Es una pérdida aceptable. Ahora me he viciado a la sauna =).
 
 
La piscina del gym
 
En frente de la piscina hay una farmacia y un café que siempre está lleno y la gente va ahí con el ordenador y todo a trabajar/estudiar. Reykjavik es la ciudad de las cafeterías. Están cada dos pasos y en ellas no se sirve nada de alcohol.
 
En realidad, entre mi casa y la piscina sí que hay algo, en la esquina: una tiendecita con un neón rojo que me indica donde está mi calle y debo girar. ¡Le debo muchas! La tienda es curiosa porque siempre pensaba que era como las tiendas de alimentación de Madrid, pequeña y con lo básico, pero entré y hay hasta carnicería dentro. Los precios son aún más caros de lo normal, que ya es caro de por sí. Seguiré viéndola solo por fuera.
 
 
 
Al principio me pareció que ponía Motel en el luminoso y así se ha quedado en mi cabeza xD.
 


Siguiendo hacia delante por esa misma calle se llega al mar, justo a la parte en la que está la estatua de la foto.



Bordeando un poco la costa, a menos de 4 Km como se puede ver en mi primera escapada runner-turística, se llega a Nauthólsvík, la playa termal. Este mes aún no tiene esta pinta tan veraniega, pero yo me quiero meter igual. Dudo que en la foto hiciera mucho calor jaja.

 Nauthólsvík = playa + aguas termales
 
 
El aeropuerto que aparece en la foto no es el de vuelos internacionales (Keflavík), sino uno más pequeño, en el que aterrizan más pájaros que aviones.


Volviendo a la parte costera cercana a mi casa, por ahí vive Selene, la chica italiana con la que quedo siempre, muy cerquita. Siempre quedamos para soportar juntas las idas a los pubs (cada día con un tiempo más horrible, por el momento) y, aún más necesario, la vuelta a casa. Podéis ver que no están lejos, pero a mí se me hace muy duro cuando hay hielo. Quedamos en la Biblioteca Nacional, que me encanta tener tan cerquita y nos pilla bien a las dos y caminamos hacia el lago para ir a recoger a Nina, otra estudiante de Finlandia. Hay muchos finlandeses aquí... hasta ellos mismos se sorprenden.




La acogedora rotonda en la que quedamos. Se ve el centro al fondo.



Con Selene y Nina en la fiesta del partido universitario izquierdista Röskva.


El lago me parece una de las zonas más impresionantes de Reykjavik. De vez en cuando pasan una máquina para dejarlo listo para patinar... me gustaría probar, la verdad. Aunque ya tengo bastantes emociones fuertes cuando estoy encima del hielo y sopla el viento. Me limito a mantener el equilibrio hasta que me transporta a una zona sin hielo mientras pongo cara de cagarme en todo. Es horrible, pero la verdad que mola mientras que sople en la dirección a la que voy jaja.

 
Tjörnin Lake (estas fotos son de Internet) 


En el mapa podéis ver lo grande que es. En él viven patos muy graciosos, que paran la circulación cruzando por los pasos de cebra y que duermen por las zonas que sale el agua (más calentita... o en estado líquido al menos). En la foto se ve al fondo un edificio con columnas. Es el Ayuntamiento. En la planta baja hay una maqueta gigante de Islandia, en la que Helen me indicó las principales ciudades, monañas, glaciares y la localización de los volcanes de los que estamos oyendo hablar estos años por su actividad. ¡De eso también tengo que hablar!

Lago y Ayuntamiento

[Reedito para añadir, ahora sí, fotos nuestras en el lago... ¡quiero patinar!]:

 


En orden: yo, Katerina (Grecia), Selene y Nina. Fotógrafa: Laura (Francia).

 ¡Me encanta!
 
La gente dando de comer a los patos y ocas... así están de gigantes
 

La Biblioteca Nacional también me la he apropiado como segunda casa. Voy allí a estudiar... y no hace falta compararla con la torre del Machado en la que la última vez me metieron en un cuchitril con los niños hiperactivos de La Tarde + Joven porque en la otra sala estaban los ancianos del CC Francisco de Goya... ¡Locura!


 
Especie de reloj que hay en todas las mesas. La explicación... ahí está escrita jaja.


En la planta baja tiene un pequeño museo con obras islandesas importantes, y tres plantas más son de estudio, entre las estanterías de libros, DVDs, revistas y demás. Lo raro es que no puedo hacerme socia, porque no soy estudiante a tiempo completoni islandesa, pero tengo contrato, estoy registrada en el país y tengo número de la SS... no sé qué me falta. Pero si quiero sacar algo puedo usar la tarjeta de la madre de la bebé que cuido, así que no hay problema.

 
No reconozco la biblioteca sin nieve...
 



...así sí. Fachada lateral y puesta de Sol.


Y cruzando otra calle desde la biblioteca, pasando por el cine, se llega, como no, al campus universitario. Ha sido un puntazo que mi casa esté en la zona de estudiantes, y la semana que viene empiezo por fin mi curso de inglés... no sé de dónde voy a sacar el tiempo. ¡Ya os contaré más! ¡Qué ganas!

De momento sólo he visto la cafetería =P


Del gimnasio, que está a un paseo, ya hablaré más detenidamente que son muchas las diferencias que estoy encontrando... ¡me encanta! Y de los pubs, igual.

Al lado de mi calle hay un colegio y unas canchas/minicampo en la que siempre me sorprende ver a niños jugando cuando yo solo quiero llegar al calor del hogar jaja. El recreo con tanta nieve es espectacular.


¡Al patio!

Los niños llevan unos abrigos de cuerpo entero que tienen que ser lo mejor... yo quiero uno pero iría dando mucho el cante... menos mal que, con lo caros que son, creo que resistiré la tentación.

¡Para rodar en la nieve!



Terminaré con una foto de mi edificio, aunque de noche es más bonito. Estoy empezando a apreciar la belleza de la noche, ya que no veo mucho más jaja. Por la noche, se puede ver en el último piso una lámpara-estrella gigante en el salón. Lo primero que vi cuando llegué, y que me recuerda el aspecto navideño de Reykjavik. Porque aquí los adornos siguen puestos, para qué quitarlos con lo bien que vienen las luces por la noche.


La oscura del medio, ¡último piso! 
 
 
¡Ah! Importante. Aunque aquí los carteles sirvan para poco, dejo mi dirección para que me escribáis alguna carta, alguna postalilla, me enviéis algo... que mi pared está muy vacía. Solo hay un copo de nieve que hice el primer finde con la otra peque de la casa =(
 
 
La soledad de mi pared.
 
 
 
El nombre de la calle al estilo islandés. Por lo menos se ve el del paso de peatones, porque en el suelo, es imposible ver las líneas, el relieve, ¡y todo!
 
 
 
*Dirección*
 
Hagamelur 30
Reykjavik, 107
ICELAND

lunes, 19 de enero de 2015

Blogger en Islandia

Primer lunes en que me había comprometido a escribir y no tengo casi nada, solo una excusa: Gunnar Waage está buscando bloggers viajeros de todo el mundo para un blog multicultural en Islandia, y como ahora mismo estoy en modo abrir puertas a todo, he accedido gustosamente a colgar un post presentándome. Básicamente he traducido mi candidatura para Destino Sudamérica, pero me ha llevado un tiempo. Y así dejo pruebas de que me estoy integrando y me estoy moviendo para conocer gente y buscar oportunidades. Y, para quien quiera echarle un ojo al blog y a mi post, aquí lo tenéis:

Introducing myself - sandkassinn.com


¡¡Helen!! Si te ves con ánimo de empezar otro blog anímate =)

Además de esto, hoy estoy muy cansada. Hace muy mal tiempo, han cancelado todos los vuelos de ayer y hoy, cosa que nunca había pasado. Y ayer por la noche no dormí nada con el ruido del viento. Bueno, ni yo, ni la peque, ni la madre... vamos que estábamos todas hoy que nos caíamos. Parece que hoy la noche estará más tranquila... voy a comprobarlo y a contar ovejitas islandesas =P

Einn, tveir, þrír, fjórir... Zzz



lunes, 12 de enero de 2015

Un poquito más lejos - Islandia

Aunque más lejos estuve en Corea, pero ahí no escribí nada, soy muy vaga. Y es una pena porque en Irlanda escribí poco pero he estado echando ahora un ojo a los antiguos posts y ya casi me he olvidado de muchos detalles. Por eso me he propuesto escribir (al menos) cada lunes, sea como sea. Veremos si lo cumplo.

De momento hoy ya se me ha hecho tarde gracias a Xema y sus pocas ganas de estudiar, y a que se me había olvidado que tenía mi primera colada esperándome en el sótano. Al menos las cien mil capas de ropa que llevé en el vuelo ya están limpias... se me ha ido la cabeza con el equipaje. Con eso de que me equivoqué de día y en lugar del 7 volaba el 8 jajaja.... es mejor cuando voy con prisa y se me olvidan cosas. Aunque ya he hecho de esas aquí... soy un desastre. Pero vayamos por partes.

Los vuelos los cogí bien gracias a un gran esfuerzo de mi familia y a toda la presión que tenía encima para concentrarme en no perderlos... si no hago eso, la cago. Siempre. Por eso odio volar. A las 3,15 me despedí de mi tío Paco y mi madre en el aeropuerto y pasé el control. Y a las ¿3,20? me llamaron Sanchez y Román... que habían ido a despedirme y que dónde estaba jaja


Por suerte, este vuelo fue el mejor de toda mi vida. Empecé quedándome dormida nada más despegar media horita, como de costumbre y luego el piloto empezó a hablar un montón dando explicaciones del cambio de altura en la ruta debido a las turbulencias (que yo ni había notado). Nunca había oído a un capitán hablar tanto. Era interesante pero yo quería dormir. Me puse a ver una peli y al rato el capitán empezó a hablar otra vez. No oía nada con mis auriculares que están que se caen... sólo me quedaba escuchar lo que decía. Resultó ser un gran aficionado a la astronomía que quería compartir con sus pasajeros el atardecer tan especial que había ese día, porque por el lado izquierdo del avión podían verse Marte, Mercurio y, sobre todo, Venus. Yo estaba en el lado derecho. Mientras el piloto hablaba, todo el lado izquierdo miraba por la ventanilla mientras que los del lado derecho nos mirábamos los unos a los otros. Nadie se atrevía a levantarse pero yo no me lo quería perder. Bastante me molesta ya perderme las lluvias de estrellas siempre. Me acerqué a una fila de asientos y me dejaron pasar hasta la ventanilla mientras el chico que se sentaba ahí me decía donde tenía que mirar. Fue un momento muy gracioso y el atardecer rosa con Venus gigante brillando en medio fue algo que me llenó de alegría. Al volver a mi asiento el piloto seguía hablando y no quería encerrarme en mi tablet otra vez. La señora que estaba a mi lado debería estar pensando lo mismo y nos pusimos a hablar de la educación en otros países de Europa comparada con la española, de la crisis, la fuga de cerebros, etc. Cuando me quise dar cuenta ya estábamos aterrizando.


Llegué a la T5 de London-Heathrow y tenía que ir a la T1 para hacer la escala... en solo 2h... nervios otra vez. La terminal estaba desierta, anduve 15 minutos en un pasadizo que era solo para viajeros que hacían escala... ¡y era solo yo! Por lo menos me iba animando ver que iba más rápido de lo que los carteles predecían... tampoco era difícil. En una ocasión vi dos carteles juntos y en uno ponía que me quedaban 6 minutos y en otro que 5...


Cogí un bus igual de desierto y moradito, como todo el aeropuerto, así que me puse a hacer fotos y ya no paré hasta que llegué a la isla.







Cuando llegué a la T1 a los 15-20 minutos, volvieron los nervios... por más que esperaba no aparecía en la pantalla mi puerta de embarque, y había algunas que estaban supuestamente bastante lejos, pero me entretuve viendo una peli y hablando por Whatsapp. Gracias a todos los que me hicisteis un poco más pasajeras las horas de un día taaaan largo, que tuve que soportar con muuucha ropa encima jajaja.


Me subí al avión... no parecía haber prácticamente ningún islandés esperando, pero Icelandair consigue recrear un buen ambiente como introducción al país, mostrando en sus pantallas documentales y curiosidades sobre Islandia e, incluso, acercándonos al islandés en cada asiento. Dije que no quería aprender islandés, pero ni un día aguanté sin buscar webs con tutoriales... se me está haciendo más fácil de lo que esperaba... pero ya veremos cómo evoluciona porque tampoco me lo voy a tomar nada en serio.


Góðan daginn!

 Es un país con muchas curiosidades y a sus habitantes les encanta hablar de ellas. Son muy abiertos y conocen las rarezas que un país tan joven tiene para los turistas acostumbrados a las antiguas ciudades europeas.

 
 "Lo más increíble de Islandia no es el hecho de que tenemos el mayor glaciar de Europa... sino que los islandeses harán cola en la heladería sin importar el tiempo, incluso durante las ventiscas".


"Lo más increíble de Islandia no es la rica población de ballenas o el Sol de medianoche... sino el hecho de que todo islandés puede trazar su linaje familiar hasta los primeros pobladores"


 Con la cámara de mi móvil no puedo conseguir muchas maravillas pero me alegraba mucho de ver tierra firme... especialmente después de un vuelo tan movidito. ¡Qué miedo pasé! Además, para variar, no sabía dónde conectar los auriculares y no tenía a nadie cerca para preguntar.




Ya habían pasado 13 largas horas desde que salí de mi casa... solo quedaba el camino del aeropuerto de Keflavik a Reykjavik. La madre de la niña a la que voy a cuidar estaba esperándome con un cartel con mi nombre y con el abuelo. Siempre había querido que me vinieran a buscar así jaja.

2 Km para llegar a Keflavik, 38 Km para la ciudad

Y primera noticia motivadora... ¡el abuelo es runner! Corre la maratón de Reykjavik, que es en verano, y está casado con una guía de montaña. Un finde de estos me van a llevar a una cueva. La gente mayor aquí es muy activa y presumen de estar tan sanos por la gran costumbre que tiene la población islandesa de ir a la piscina y a las aguas termales, tanto para ejercitarse como para hacer vida social. Hay una en cada esquina. Las personas que he conocido que viven cerca de mi casa me dicen mucho "sí, vivo en esta zona, esta es mi piscina también".

    ¡Esta es mi piscina!aunque también puedo ir a la de mi gimasio, que es mucho más grande.

Mi primer día, bueno, primera noche en la piscina tuvo lo suyo también. Tardé un montón en quitarme todas las capas en casa, ponerme el bañador y volver a ponérmelas. Es mucho mejor hacerlo allí. Pero, además, ya estoy en el vestuario tan dispuesta a ir a la piscina y una señora me dice que tengo que ducharme antes de entrar. La pregunto que si con el bañador me puedo duchar y me dice que no... reglas estrictas. Me ducho. Me pongo el bañador, salgo del vestuario y veo un cartel que recuerda lo de la ducha (¡era cierto! jaja). Total que me despisto con el cartel, abro la puerta que no es y empiezo a subir y bajar escaleras sin encontrar la piscina, y eso que el sitio es pequeño. Veo una puerta, la abro y resulta ser la recepción. Todo el mundo fuera con sus abrigos y sus gorros y yo ahí mojada, en bañador, muerta de frío y sin saber a dónde ir. Y las recepcionistas flipando. Ya me dicen que vuelva por donde he venido y me señalan el camino correcto para llegar a la piscina. Lo sigo, cada vez más congelada y ahora tocaba salir a la calle. Con nieve y todo. Yo ya tenía tanto frío que salté en la primera piscina que pillé y me puse a nadar, notando el viento en mi cabeza, viendo más bajo el agua con las luces que fuera. Una sensación muy extraña. Entonces empezaron los fuegos articiales que me pareció una gran novedad y me fui al jacuzzi a verlos desde los chorros de masajes. No sabía que durarían horas y que estarían el resto del fin de semana igual. Según me dijeron, estaban celebrando el Año Nuevo porque el día 1 hizo demasiado mal tiempo para encender la hoguera de la playa. Pero lo están llevando al límite. Ayer pusieron una máquina de fuegos artificiales en la puerta de mi casa (en una pequeña calle residencial), así, de repente, y nosotros alucinando viéndolo tan cerca desde la cristalera del comedor, donde estábamos cenando. Eso tiene que ser peligroso. Menos mal que parece que ya han acabado. Sólo tenéis que entrar en Google y escribir "new year reykjavik" en el buscador de imágenes para ver cuál es su concepto de esta celebración.



Una curiosidad de la piscina es que no es obligatorio llevar gorro... me acostumbraré rápido. Lo malo es que no se pueden llevar chanclas... no sé si está prohibido, pero nadie las lleva y me he unido a la costumbre, aunque eso solo aumenta el frío. Me tendré que acostumbrar. Al salir, en el vestuario conocí a dos turistas españolas que me indicaron que había una especie de centrifugadora que seca un poco el bañador (gran invento) y que tenían los mismos problemas para desenredarse el pelo que yo (ventajas que tenía el gorro xD).


Al final me he extendido mucho contando el día cero (que no pensaba mencionar), por lo que ya seguiré en otro momento hablando un poco más de mi adaptación estos días. De momento, me despido con este proverbio islandés que, espero, me traerá suerte, y que todos podéis utilizar en el Año Nuevo:

"Af gódu upphafi vonast góður endir"

("Un buen comienzo hace un buen final").

Yo, desde luego, he comenzado pero que muy bien.